Es lamentable lo que está pasando en el mundo y en especial en el Ecuador, parecería que la naturaleza se cansó de tanto agravio y ha reaccionado de manera contundente contra el ser humano a través de este virus, inventado o no, eso ya que importa. Es evidente que nuestro país no ha podido estar a la altura de las circunstancias para enfrentar esta crisis sanitaria y más aún, esta ha develado una triste realidad en la que vivimos.
Me da vergüenza ajena ver a un presidente casi ausente, falto de liderazgo, atrincherado en su miedo, falto de ideas creativas y más bien secuestrado por politiqueros incompetentes cuya única propuesta para salir de esta crisis, es seguirle metiendo la mano al bolsillo del pueblo y en especial a los empresarios, quienes son los que generan empleo. Un inexperto vicepresidente que ha tenido que asumir un rol que no le corresponde para tapar este desgobierno, dando la impresión de estar más bien en una precampaña electoral. Unos ministros, a cuya mayoría les quedó muy grande el cargo, que demostraron no estar preparados y que no fue cuestión de millennials o baby boomers, sino de cocimiento, madurez y experiencia.
Un congreso ausente y mediocre, salvo honrosas excepciones, que sólo mira por sus intereses partidistas y que no ha sido capaz de asumir el rol histórico que le correspondía como uno de los principales poderes del estado, para dictar leyes “out of the box” que estimulen la inversión y la confianza para apuntalar la escuálida economía dolarizada del país. Una prensa nacional mediocre y cómplice, que permitió que la CNN haga su trabajo, destapando la improvisación, arrogancia y poca transparencia del gobierno, en lugar de ser ellos quienes denuncien los hechos. Sacaron provecho también los oportunistas, corruptos, y faranduleros, que han sido tan bajos (y no me refiero solo a su estatura), para sacar réditos en medio de los cuerpos insepultos.
Se dejaron ver alcaldes y prefectos incapaces, retóricos y mal preparados, que incluso se contagiaron algunos no solo con el Covid-19, sino con el “virus del gobierno” de echarle la culpa a otros, de sus propias falencias y limitaciones. Pero no toda la culpa es de los políticos y los corruptos, sino también de nosotros como sociedad y pueblo ecuatoriano, que no aprendemos la lección y seguimos eligiendo una y otra vez a los mismos vivos y mediocres de siempre, por nuestra cómoda ignorancia, falta de cultura, conformismo y desidia colectiva, escogiendo en lugar de a los más calificados, al señor del “litro de leche”, de la “bolsa de arroz”, del “sanduche; al “cantante”, a la “bailarina” o al “farándulero”. Pues muchos de ellos son hoy los “padres y madres de la patria” con honrosas excepciones.
Tenemos un país dividido por Correistas y Morenistas y por el odio que los ciega, olvidándose que son hijos de una misma “chola”, ya ni siquiera importa la ideología, solo la revancha y la venganza. Tenemos quizás el país con más personas per cápita del mundo que quieren ser presidentes, pero ninguno piensa en consensos, en coaliciones nacionales, en perdonar, en unir, cada uno piensa en el yo personal y creen tener la razón y la barita mágica para “salvar” a la patria que se cae a pedazos. Basta de bestias!!, es hora de dar un giro de 180 grados a esta situación, necesitamos al menos 10 años de tregua política, de gente proba, en todos los frentes del que hacer nacional, que trabaje en equipo, que sea honesta y muy profesional, donde los intereses particulares sucumban a los colectivos, donde prime el interés de la nación, donde los mejores cuadros, jóvenes, viejos, ricos, pobres, hombres y mujeres, estén dispuestos a servir y no a servirse.
Somos un país en su mayoría de gente honesta, buena, trabajadora, amable, hospitalaria, creativa, apliquemos estas cualidades para unidos salir de esta letrina en la que hemos caído. Sepultemos de una vez con el Covid-19 todo el odio, la corrupción, politiquería y a los sátrapas de siempre que nos han dividido, sin importar el bando que provengan, demos vuelta a la página, para el resurgir de un nuevo Ecuador. ¡Si se pudo!, con trabajo. ¡Si se puede!, con disciplina y siempre se podrá!, con honestidad y profundo amor a la Patria. Ya lo dijo nuestra santa quiteña Mariana de Jesús: “El país no desaparecerá por los terremotos (agrego pandemias), sino por los malos gobiernos”. Vamos por un próximo gobierno de concertación nacional, en donde estén los mejores hombre y mujeres de la patria. ¡Basta de bestias!
Por: Edwin Fernando Chávez Zavala.