Muchos de nosotros hemos participado, a lo largo de nuestra carrera profesional, en procesos de selección de personal, ya sea como evaluadores o candidatos. Cuando las empresas necesitan cubrir una posición recurren a diferentes formas de reclutamiento: convocatorias internas o externas o empresas caza talentos, llamadas “head hunters”. Sea cual sea el mecanismo, el objetivo final es seleccionar a la persona que mejor se ajuste a los requisitos de la posición y de la empresa. Lo común es que el candidato pase por diferentes filtros: pruebas psicológicas, técnicas y entrevistas con ejecutivos. Así se busca encontrar el nivel en que se encuentran tanto sus habilidades duras o “hard skills” (formación tradicional) y las habilidades blandas o “soft skills”, capacidades que permiten que un profesional se relacione mejor: comunicación, trabajo en equipo, liderazgo, manejo de conflictos, resolución de problemas, inteligencia emocional. En lo personal, creo que si bien las habilidades duras son importantes, las habilidades blandas juegan un papel preponderante en la contratación de ejecutivos o personal clave. La “entrevista personal” es una herramienta que nos permite comprobar el desarrollo de estas habilidades. En mi caso, como gerente general me tomo el tiempo que sea necesario para entrevistar personalmente a todos los aspirantes a posiciones claves de la compañía. Durante la entrevista, no sólo amplío y cruzo información entre lo que el candidato me dice y lo que está en su hoja de vida, sino que también observo la forma en que transmite la información: el uso del lenguaje, tanto hablado como corporal; su presencia; la pasión que pone al hablar de su vida; si mira a los ojos cuando habla; cómo se desenvuelve frente a preguntas incómodas. Es decir, descubro sus fortalezas y debilidades, información que pocas veces encontramos escrita en un currículum. Uno de los ejercicios que más uso a la hora de entrevistar, es lo que llamo “juego de roles”. Le propongo al candidato un caso real relacionado con mi empresa, donde asume uno de los roles principales, de manera de evaluar cómo resuelve los problemas. Es impresionante ver cómo aflora la personalidad y creatividad de algunos y otros simplemente se bloquean, descubriendo sus limitaciones. Por lo anterior, creo que siempre es importante darse un espacio para descubrir las habilidades blandas a la hora de contratar personal o ejecutivos de calidad.
Por: Edwin Fernando Chávez Zavala