Si quieres tener los mismos resultados de siempre, continúa haciendo más de lo mismo. Pero para lograr resultados extraordinarios, hay que hacer cosas fuera de lo común. Hay que pensar “out of the box” y ponerse a sí mismo “metas de alto rendimiento” o “Stretch Goals”, que superen con creces los objetivos que la organización o tu jefe han definido para ti. Instaurar la cultura del “Stretch Goal” en sí mismo o en la organización no es tarea fácil: hay mucha resistencia de inicio. Los seres humanos tendemos a buscar el camino más fácil, es por ello que para lograr que esta filosofía llegue a ser parte de nuestro ADN, hay que hacer un gran trabajo interior que requiere de: preparación, liderazgo, férrea disciplina, confianza, determinación y perseverancia. No podemos ser gente de alto rendimiento sin una adecuada preparación, sin conocimientos sólidos y actualizados. Por lo tanto, es fundamental capacitarse permanentemente. El liderazgo es imprescindible en esta cultura: el líder debe definir metas claras, reales, medibles, alcanzables y desafiantes. Es su deber motivar y guiar a su equipo permanentemente para que cumpla con los objetivos La disciplina es otra de las características fundamentales. Esta debe seguir un determinado código de conducta u “orden” hacia el cumplimiento de los objetivos. El camino al “Stretch Goals” es muchas veces tortuoso y difícil: hay que sortear muchos obstáculos tanto internos como externos. Es por ello que si no seguimos ese “orden”, el fracaso puede estar a la vuelta de la esquina. Confianza, determinación y perseverancia son características que van juntas para lograr “metas de alto rendimiento” o “Stretch Goals”. No se admite cobardía ni debilidad en el proceso. No es tan importante cuántas veces nos caemos, sino cuántas veces somos capaces de levantarnos y seguir avanzando a la meta soñada.
Por: Edwin Fernando Chávez Zavala